“Las desigualdades en salud son las diferencias en el estado de salud o en la distribución de los determinantes sanitarios entre diferentes grupos de la población (OMS)”
Hoy se celebra el Blog Action Day y se centra en las desigualdades. Nuestro granito de arena consiste en una reflexión sobre la importancia de la farmacia en la eliminación de las desigualdades o inequidades sanitarias.
La Organización Mundial de la Salud recomienda centrarse en tres aspectos principales para eliminar estas desigualdades:
- Mejorar las condiciones de vida: es decir, las circunstancias en que la población nace, crece, vive, trabaja y envejece.
- Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos: esto es, los factores estructurales de los que dependen las condiciones de vida, a nivel mundial, nacional y local.
- Medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones.
Aunque se han realizados progresos evidentes a lo largo de estos últimos años, los diferentes estudios publicados muestran que las personas siguen sufriendo desigualdades sanitarias. Estas inequidades pasan de generación en generación afectando la esperanza y la calidad de vida de los adultos, sus hijos y sus nietos. Así, los niños que nacen en familias más pobres suelen ser con más frecuencia prematuros y existe un mayor riesgo de mortalidad infantil. Al mismo tiempo, tienen mayor probabilidad de sufrir problemas de desarrollo y enfermedades crónicas. Por ejemplo, un bajo peso al nacer está asociado con un mayor riesgo de mortalidad infantil y un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión en la madurez.
La farmacia, como agente sanitario, cuenta con una gran influencia a la hora de poder minimizar las desigualdades existentes en su comunidad y una mayor colaboración entre las farmacias y las autoridades sanitarias sería de gran ayuda.
Existen diversas maneras de afrontar las inequidades en las que puede intervenir la farmacia:
- Cuidado anticipado
- Empoderamiento del paciente
- Mejorar el acceso a la sanidad
- Más investigación sobre inequidades
- Centrarse en los determinantes sociales.
Teniendo en cuenta que el farmacéutico comunitario cuenta con la ventaja de ser una figura “cercana” al paciente y en la que el paciente confía plenamente, creemos que ciertos servicios prestados desde la farmacia podrían ayudar enormemente a reducir las desigualdades sanitarias:
- Mejorar la educación o el conocimiento sanitario de sectores desfavorecidos de la población.
- Ayudar a grupos específicos (trabajadores no cualificados, embarazadas, etc.) a dejar de fumar.
- Asesorar acerca de las dietas y mejorar la nutrición en embarazadas.
- Informar y formar sobre las ventajas de la adherencia para evitar abandonos innecesarios de tratamientos.
- Ayudar a prevenir y manejar los riesgos cardiovasculares mediante la actuación en factores como la actividad física, la diabetes y la hipertensión, especialmente en pacientes mayores de 50 años.
- Mejorar el conocimiento sobre la salud sexual y prevenir los embarazos adolescentes ofreciendo consejos desde la botica.